domingo, 10 de octubre de 2010

Ni mejor, ni peor

El jueves pasado, Brujo se lesionó. Algún imbecil, además de guarro e incívico, tiró una botella en el monte y Brujo se cortó con ella. Resultado: varios puntos en la pata y un tendón cortado de la pata trasera. No le quedarán secuelas, pero le ha dejado en el dique seco por tres semanas.
La cuestión es que ahora estoy corriendo solo con Nara.
Para poneros en antecedentes, Nara, una preciosa hembra de pastor alemán de trabajo, ha sido mi compañera de entrenos durante cinco años, pero en junio pasado adoptamos (lo pongo en plural porque Nara también intervino en la decisión) a Brujo. Este fenómeno de la naturaleza, que simplemente ha nacido para correr, sin más, ha pasado a ser mi compañero de fatigas en el canicross y ahora Nara corre a su aire. Entrena con nosotros pero va suelta. La ecuación tiene un resultado muy bueno. A Nara le encanta correr suelta persiguiendo cualquier cosa que se mueva, a Brujo le encanta correr atado y tirando y yo estoy encantado de que mis dos perros disfruten. Todos ganamos.

Pero lo que me ocupa de este tema, son las diferentes sensaciones que tengo corriendo con uno u otro. Con Brujo, todo es sensación deportiva. Desde el primer metro, hasta el último, todo es esfuerzo máximo. Máxima potencia, máxima agonía, dar todo en todo momento. Simplemente es canicross al ciento por ciento. Los que han probado a Brujo saben de qué hablo. No tiene igual. Seguramente habrá algún perro como él en el circuito, pero ninguno mejor. Pondría la mano en el fuego.
Con Nara es diferente. Haciendo una comparación, es como la amante y tu mujer. Nara es mucho más relajada en el tiro, las sensaciones son más íntimas, más previsible, la sensación de que estoy corriendo conmigo mismo, cuando corro con ella son muy especiales. Con Brujo es pasión, es disfrutar el momento.
No cambiaría a ninguno de los dos. La clave está en saber a qué perro atarte según qué día. Ésa es la verdadera clave de esta vida. Saber elegir adecuadamente. Saber qué te conviene en cada momento y disfrutar de los matices de las diferentes opciones que te ofrece la vida.
Espero seguir durante mucho tiempo compartiendo salidas por el monte con los que son mis más fieles compañeros.

Larga vida  a Nara y a Brujo.

Buen canicross a todos.

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